La Diosa Madre está volviendo a despertar y nosotros podemos empezar a recuperar nuestro derecho de nacimiento original: la pura y embriagadora alegría de vivir. Podemos abrir unos ojos nuevos y ver que no hay nada de lo que ser salvados, ninguna lucha vital contra el universo, ningún Diosa fuera del mundo que deba ser temido y obedecido: sólo la Diosa, la Madre, la espiral que gira y nos hace entrar y salir de la existencia, cuyo ojo pestañeante es el pulso del ser (nacimiento, muerte, renacimiento), cuya risa borbotea y viaja por todas las cosas y que se encuentra sólo a través del amor: amor a los árboles, a las piedras, al cielo y las nubes, a las flores perfumadas y a las olas imponentes, a todo lo que corre y vuela y nada y se arrastra sobre su rostro; a través del amor a nosotros mismos, del amor orgásmico y creador del mundo que sentimos unos hacia otros; cada uno de nosotros único y natural como un copo de nieve, cada uno de nosotros siendo su propia estrella, su Hijo/a, su amante, su amado/a,
su Yo.
su Yo.
STARHAWK
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